ASHSPS
Alianza para la Seguridad Hídrica de San Pedro Sula
“El primer Mecanismo Público Privado de la GIRH de Honduras”
La ASHSPS (Alianza para la Seguridad Hídrica de San Pedro Sula) trabaja en el área protegida de la ZRM (Zona de Reserva del Merendón). La Zona es una de las primeras áreas naturales protegidas de Centroamérica. Localizada en el departamento de Cortés, dentro de los límites del municipio de San Pedro Sula, la ZRM forma parte de la cadena montañosa de El Merendón.
La cordillera de El Merendón junto al Parque Nacional El Cusuco y los ríos Chamelecón, Ulúa, Motagua, Blanco, Chotepe, Manchaguala, Cuyamelito, Lindo y el Lago de Yojoa, integran las áreas de reservas, parques naturales y ríos del departamento de Cortés.
¿Por qué en la ZRM?
La Alianza centró su atención en la ZRM amparada, en parte, en la jerarquización de cuencas hidrográficas de Honduras cuyos indicadores de densidad demográfica, cobertura en saneamiento, disponibilidad del recurso hídrico y concentración de carga contaminante definen cuáles son las cuencas nacionales que más atención prioritaria requieren.
Tal definición, entre otras investigaciones, determinaron que, Chamelecón, Ulúa en el norte y Choluteca en el centro-sur, son las cuencas donde existe mayor densidad población, altos niveles de contaminación y baja disponibilidad de agua por lo que dichos afluentes requieren atención prioritaria.
Chamelecón es una vertiente fluvial que nace en las montañas del departamento de Copán, en el occidente de Honduras. Se conoce como la Macrocuenca Centro-occidente y recorre unos 200 kilómetros (km), hacía el norte del país para finalmente adentrarse en las costas del Caribe hondureño, en el océano Atlántico.
Macrocuenca Chamelecón
Chamelecón es una vertiente fluvial que nace en las montañas del departamento de Copán, en el occidente de Honduras. Se conoce como la Macrocuenca Centro-occidente y recorre unos 200 kilómetros (km), hacía el norte del país para finalmente adentrarse en las costas del Caribe hondureño, en el océano Atlántico.
Servicios Forestales
Para el año 2050 se pronostica que el territorio hondureño presentará una disminución aproximada de entre el 20 a 25% en las precipitaciones fluviales, por lo que conservar la abundante vegetación nativa de la ZRM será crucial para que el valle de Sula reciba un menor impacto producto de tal disminución.
Gestión hídrica
Con el propósito de impulsar la gestión integral de los recursos hídricos, la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente formula la Política Nacional en el 2012 por medio del proyecto de Apoyo a la Gestión Integral de los Recursos Hídricos en Honduras (ACDI SERNA) con la participación de la sociedad para garantizar su uso sostenible y el mejoramiento de la calidad de vida de las presentes y futuras generaciones.
Dichas costas son el hábitat natural de los arrecifes de coral del sistema de Arrecifal Mesoamericano (el más grande de América y el segundo sistema de arrecifes de barrera más grande del mundo), por lo que su protección es parte trascendental en el trabajo de la ASHSPS.
También denominada como “Cuenca del río Chamelecón”, el afluente cruza los departamentos de Santa Bárbara y Cortés, encuentra su punto más bajo en el valle de Sula y alimenta subcuencas de vital importancia para la ZRM como la del río Manchaguala.
Otras subcuencas de la Zona de Reserva que drenan al Chamelecón son, de sur a norte, la de los ríos Naco, Piedras, Santa Ana y Zapotal-Armenta.
Infografía cortesía: Mar2R
La importancia de la ZRM
Debido a su incalculable valor nacional, los 399.76 km2 que conforman la Zona de Reserva del Merendón fueron declarados reserva protegida el 12 de julio de 1990 mediante Decreto Legislativo No. 46-90. Aunque, tras la aprobación en 2014 del decreto 334-2013, (que modificó la Cota 200), el total de km2 de la zona de reserva pasó a 373.77
La ZRM está limitada al norte por la línea de cumbres de la misma cordillera del Merendón; al sur, por el valle de Chamelecón; al este, por el valle de Sula, y al oeste, por el río Naco.
Cuenta con 9 subcuencas y más de 200 microcuencas (DIMA, 1997). Se trata de un ecosistema de alta productividad de agua que alimenta los ríos y quebradas que bajan al valle de Sula y recargan el acuífero donde se asienta la ciudad de San Pedro Sula.
En consecuencia, cerca del 100% del agua que consumen los sampedranos proviene de la ZRM, el 80% de agua subterráneas y el 20% superficial. Tanto por las aguas superficiales captadas en las faldas de la zona de protección como por las subterráneas que emanan del acuífero y los diferentes sistemas de pozos.
La ZRM es un área muy susceptible bajo una alta degradación pese a su estratégica importancia para la vida socioeconómica de San Pedro Sula y de los 19 municipios que integran la región metropolitana del valle de Sula, los cuales forzosamente requieren del recurso agua para seguir aportando el 65% del PIB y el 68% de las exportaciones de Honduras, (CCIC, 2019).
La deforestación, agricultura migratoria, arrastres agroquímicos, incendios forestales, uso inadecuado del suelo y crecimiento poblacional descontrolado, son parte de sus principales amenazas.
Otros peligros acuciosamente crecientes también golpean la ZRM. El impacto del cambio climático global y la variabilidad climática local son parte de ellos.
El aumento de los fenómenos climáticos causa severas tormentas tropicales ciclónicas, deslizamientos húmedos y erosión de colinas, provocando un impacto negativo en la calidad y disponibilidad de agua (presente y futura) así como en la biodiversidad que habita el área.
Los bosques presentes en la ZRM son hábitat de numerosas especies de fauna y flora, por lo que conservar el bosque para preservar las fuentes de agua y el suelo, es también preservar su biodiversidad y paisajes de forma sostenible.
Infografía cortesía: ASHSPS
La importancia de la Alianza
Precisamente para conservar la ZRM con los múltiples servicios y beneficios que presta a las personas, la economía y la naturaleza, la ASHSPS trabaja de manera oficial desde 2016 en las 37,377.66 hectáreas que conforman todas las subcuencas protegidas en la reserva: Naco, El Palmar, Piedras, Santa Ana, El Zapotal-Armenta, Mogote, Frío y Manchaguala.
Se trata de un trabajo de coordinación de múltiples actores a través del voluntariado, que buscan la captación de recursos de subvenciones y movilización de fondos por medio de la donación individual e institucional. El esfuerzo se enfoca a la búsqueda de la prestación de servicios técnicos para apoyar a las empresas en la gestión empresarial del agua, el fortalecimiento institucional y el monitoreo, seguimiento, evaluación y el aprendizaje de proyectos.
Nuestros esfuerzos de manejo y conservación del agua cuentan con el apoyo de un gran equipo humano e institucional, técnico, capacitado y certificado para promover eficaces soluciones escalables tanto a nivel organizacional, de cada aliado y de empresas no asociadas que soliciten participar o apoyar nuestros esfuerzos.
El logro de esta unidad de esfuerzos multisectoriales incluyendo el esquema de gobernanza de la Alianza posibilitan que nos vean como un esquema para replicar en otros departamentos del país. Y como una posibilidad de impulsar modelos voluntarios entre actores que gestionan mecanismos de compensación, tal como lo establece el acuerdo 021-2015 «Reglamento Especial para la Implementación de Mecanismos de Compensación por Bienes y Servicios Ecosistémicos».